5. La estrategia (2): Amor o Miedo

Este artículo hace parte del curso gratuito «Tu camino de regreso -cómo volver a ti-«.
Accede al curso en formato de audio registrándote aquí.

La naturaleza de nuestro Verdadero Ser es completamente diferente a la de nuestro Ego. Nuestra versión original proviene del Amor, de la fuerza superior que crea y expande el Universo. Somos una creación Divina y un producto del Amor Divino y en tal medida somos -nuestra versión original es- puro Amor.

Lo que compone, alimenta y nutre nuestro Verdadero Ser
es -energéticamente- Amor.

El Ego, por su parte, provino de un lado completamente opuesto. Nació cuando se activó nuestro instinto de supervivencia y nuestro instinto de supervivencia se activa cuando nos enfrentamos a un peligro de muerte -real o imaginario-. Y peligro de muerte implica miedo, muuuucho miedo. 

La energía que creó, que compone, que alimenta y, por tanto también. la que emite nuestro Ego es la energía del Miedo.

Nuestro Ego, energéticamente hablando, está hecho de Miedo.

Esta diferencia es fundamental por una sola razón: La resonancia.

Resonancia es un fenómeno de la física que se produce cuando la frecuencia 
de un sistema coincide con la frecuencia producida por un mecanismo externo a él, pero como la definición científica no nos ayuda mucho pasemos al ejemplo de la guitarra:

Una guitarra tiene diferentes cuerdas cada una de las cuales emite una
onda sonora diferente. A cada una de estas ondas se les ha asignado un nombre: «mi», «si», «sol», «re», «la»… Si tocamos la primera cuerda ésta emitirá una onda de determinadas características y a esa onda y la forma en la que la percibimos la conocemos como «mi». Pero además de producir la onda, la cuerda responde a ella, es decir, se activa cuando percibe en el aire la misma onda «mi». Si en otro instrumento, un piano por ejemplo, tocamos la nota «mi», su onda viajará por el espacio y chocará contra las cuerdas de la guitarra activando la cuerda que produce esa misma onda sonora y haciéndola sonar (mira este video para ver cómo funciona).

No es un acto de magia ni un cuento esotérico: la energía de la onda sonora es real y el efecto que genera es un fenómeno de la naturaleza
llamado Resonancia. 

Pues lo mismo sucede con la energía que producimos nosotros los seres humanos pues, oh sí, también somos naturaleza, aunque a veces se nos olvide…

Existen en nosotros dos «cuerdas» fundamentales (dos fuentes generadoras de energía fundamentales): Nuestro Verdadero Ser y nuestro Ego. Cada una de ellas produce ondas, vibraciones o energías completamente diferentes y opuestas. A unas se les conoce con el nombre de «Amor» y a las otras con el de «Miedo».

Tal y como sucede con las ondas sonoras del piano o de la guitarra, las ondas que salen de nosotros también se pueden percibir. Nuestro cuerpo percibe y siente muy claramente las ondas que emite nuestra Esencia y nuestro Ego. Nos las escucha, no las toca, no las ve, pero sí las siente. Unas se
sienten «bien» y nos generan sensaciones de paz, tranquilidad, confianza, alegría, etc… mientras que otras se sienten «mal» y nos producen estados de desconfianza, inseguridad, confusión, insatisfacción, etc…-.

La primera implicación fundamental de la Resonancia en nuestra vida es que sea cual sea la cuerda que decidamos tocar, la energía que emite activará automáticamente la misma energía en las personas que nos rodean. C
uando actuamos desde nuestra Esencia estamos «activando» la Esencia de los demás, pero cuando actuamos desde nuestro Ego…igual. 

Piensa en tus hijos, amigos, familia, entorno… En palabras de Rumi:

Ayer era inteligente así que quería cambiar el mundo.
Hoy soy sabio así que estoy cambiando yo. 

Pero lo más importante para el tema que nos convoca: cada vez que nos acercamos a la onda del «Miedo» estamos nutriendo y fortaleciendo nuestro Ego, mientras que cada vez que nos acercamos o a la onda del «Amor» estaremos fortaleciendo y nutriendo nuestra  Esencia y nuestro Verdadero Ser.

Si no tenemos esto bien claro en nuestra cabeza y no lo ponemos en práctica avanzaremos realmente poco o nada en nuestro propósito de encontrar quiénes somos en realidad: ni el árbol de nuestro Ego desaparecerá si seguimos abonando su raíz ni las flores de nuestra Verdad florecerán si no empezamos a abonar las suyas.

Insisto: sin este punto claro cada paso que des en tu proceso de autoconocimiento será para marcar un camino circular pues mientras aclaras el camino y desvaneces tu Ego por un lado, por el otro lo vas a estar nutriendo y haciéndolo crecer.

La cuestión entonces es tener perfecta claridad sobre aquello que emite ondas de «Miedo» y aquello que emite ondas de «Amor» y para saberlo sólo necesitas responder a estas preguntas: 
¿Qué me hace sentir mal? ¿Qué me hace sentir bien? Y para responderlas debes aplicar el primer ingrediente del autoconocimiento: estar presente en ti. 

Respóndete estas preguntas y tendrás la mitad del juego ganado
.

Sin embargo, mientras que te entrenas en el arte de la presencia y descubres tus propias respuestas, te voy soplando unas que estoy segura nos aplican a todos:

Noticieros: Miedo
Música: Amor.

Encontrarte con amigas para criticar a otras: Miedo
Encontrarte con amigas para compartir: Amor

Ordenar tu casa porque no te gusta como está: Miedo
Ordenar tu casa porque disfrutas cuando está ordenada: Amor.

HACER LO QUE NO TE GUSTA: MIEDO
HACER LO QUE TE GUSTA (AUNQUE NO TENGA SENTIDO O PROPOSITO APARENTE): AMOR

Obligarte a trabajar aunque estés cansada: Miedo
Permitirte descansar : Amor.

… Amor, amor, amor… El juego es gana/gana. Lo que debemos hacer es estar presentes, atender lo que sentimos cuando hacemos cada cosa y empezar a tachar de nuestro día las actividades que nos generan displacer, aunque sean populares y todo el mundo las haga y aunque al buscar nuestro placer por encima de cualquier cosa nos empiecen a mirar raro. Para esto te dejo con una de mis frases favoritas y de los lemas más importantes de mi vida: 

«Tu corazón es libre,
ten el coraje de seguirlo».
 Brave Heart –

Con Amor, Amor y mucho Amor,

Laura